Tres de los agraciados con el 'cuponazo' festejan el premio en un bar de Formentera. Foto: GUILLERMO ROMANI

A verdadera gloria les ha sabido a muchos formentereses el pasado Domingo de Pascua ya que en el sorteo de la ONCE, el número 53.612, agraciado con el primer premio, se vendió íntegramente en la isla. Miguel Ruiz fue el encargado de repartir los décimos, que según confesó «están muy repartidos». «Vendí veinte décimos en el restaurante La Estrella y diez en la cafetería San Francisco», señaló. Ambos establecimientos están en Sant Francesc Xavier. Del resto de los números Miquel Ruiz afirma que «están muy repartidos y no puedo recordar a la gente que los compró».

Desde primeras horas de la mañana tanto La Estrella como en la cafetería San Francisco eran un continuo ir y venir de ganadores o de gente que quería comprar un cupón. En la cafetería San Francisco, Vicente, uno de los camareros, aunque compartiendo boleto con su compañero, afirmaba que «hemos abierto a las siete y veinte y a las siete y media ya no nos quedaba un solo cupón». Paco, otro de los afortunados, aseguraba que «con este dinero quizás pague la entrada de un piso en la península y ya me quedo allí», explicando que, «vengo a hacer la temporada pero pagando 110.000 pesetas de alquiler no me sale muy a cuenta, es como si me hubieran tocado dos temporadas de golpe y habré de pensármelo».

En La Estrella, uno de los más felices era Sergio Rodríguez, el cocinero del establecimiento que con su mujer, Pilar Vargas y Paco Torres, que regenta la vecina pizzería Tramontana, no escondía su satisfacción. Los tres mostraban a quien quisiera una fotocopia del número premiado depositado en una sucursal bancaria. Una botella de whisky de malta de 12 años hacía compañía a los ganadores de 30.000 euros, 5 millones de pesetas.

«Vamos a pasarlo lo mejor que podamos con la familia y amigos», decía Paco, mientras que más prudentes, pero no menos satisfechos, Sergio y Pilar insistían en que «con el dinero vamos a taponar algún agujero y a celebrarlo». Los tres, procedentes de Talavera que llegan a Formentera para hacer la temporada, se mostraban eufóricos, mientras el cocinero del local bromeaba al decir que «ya he hecho la temporada, podría quitarme esto "mostrando su vestimenta de cocinero-, y volverme a casa». Los afortunados formenterenses se mostraron reacios a hacer declaraciones y fotografías.