La Oficina de la Dona celebró ayer en el salón de plenos del Consell Insular la primera de las dos charlas organizadas con motivo del Día Internacional del Mujer Trabajadora cuya fecha oficial se dio el pasado viernes. Vicente Garrido, doctor en Psicología por la Universidad de Valencia y graduado en Criminología por esa misma institución, se refirió al ámbito de la prevención de la violencia de género. El especialista defendió un papel activo de la mujer ante los indicios que su pareja puede dar acerca de si es o no una persona violente en un momento puntual de la relación, antes de que ésta se pueda llegar a consolidar.
La clave de la gestación de los maltratos Vicente Garrido la encuentra en los momentos en los que se gesta una relación: «Durante el tiempo en el que se fragua una relación afectiva ella toma decisiones encaminadas a dejar o casarse con el hombre. En este tiempo puede llegar a valorar con bastante criterio si él puede llegar a ser un riesgo de violencia. Hay unos indicadores muy consolidados en el perfil de un agresor. He investigado a 35 mujeres fruto de maltratos y 32 de ellas observaron cosas antes de consolidar sus relaciones que las perturbaron, una alarma a la que no quisieron atender».
El psicólogo incide en un hecho que puede distorsionar los indicios de violencia presentados por el hombre en la primera etapa de la relación. El amor puede perdonar demasiado. «El problema es que nieguen la realidad al estar enamoradas y que se apoyen en un 'esto no me va a pasar a mí'. Una bofetada, el abuso de alcohol y drogas, comportamientos violentos con otras parejas, desprecios de puntos de vista, aislamiento de familiares y amigos... La mujer debería plantearse entonces: 'Yo le quiero pero, ¿es el tipo de persona con el que yo quiero vivir?».
Es aquí donde Vicente Garrido apela a la defensa de un rol activo por parte de la mujer: «Tiene un arma que está desaprovechando: un rol activo en la prevención de la violencia. Y no puede ir a un juez para decirle que ve una actitud violenta en su novio, pero sí puede decirse a sí misma que no quiere seguir con una persona que le amedrenta». Algo que Garrido ilustra con un claro ejemplo: «Tú no dejas abierto el coche con un cartel que indique que tiene una radio disponible valorada en 50.000 pesetas, procuras evitar ser víctima del delito. Que la mujer haga lo mismo en el caso de las relaciones afectivas».
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