El elevado coste económico del trasplante y el mal «estado de salud» de algunos de los plátanos (Platanus orientalis) situados junto a la futura rotonda de la ronda norte de Sant Antoni, en construcción, fueron determinantes para que la Conselleria d'Obres Públiques del Govern decidiera la tala de 16 árboles de ese tramo de la alameda de entrada al casco urbano. Así figura en un informe elaborado al respecto el 19 de septiembre de 2001 por uno de los encargados del departamento de Carreteras después de que el pleno del Consistorio solicitara el pasado verano a la Conselleria que intentara, por todos los medios a su alcance, salvar los plátanos, algunos con tres metros de perímetro y con una altura máxima de 15 metros.

En el documento se subraya que el estado de salud de algunos plátanos «no es el adecuado», ya que presentaban «oquedades importantes en el tronco o en su base que requerían labores de cirugía arbórea». Otra dificultad añadida que encontraron los técnicos para salvar los árboles de la tala era «determinar con unas ciertas garantías el porcentaje de arraigue en su nueva ubicación». No confiaban en que pudieran sobrevivir: las posibilidades oscilaban entre el «cero por ciento y el 100%». Además, se destaca en el informe que la operación conllevaría un gasto «elevado». Precisamente, la empresa Agloisa elaboró un estudio sobre el trasplante en el que establecía en 43.272'87 euros (7'2 millones de pesetas) el coste de esos trabajos. Desarraigar cada plátano costaría 2.704 euros (450.000 pesetas), eso sí, «sin garantías de éxito».

Para esa complicada operación sería necesaria una poda previa, aplicación de pintura de protección, excavación de dos metros alrededor del tronco, elevación por medios mecánicos, protección de las raíces mediante cuenco de escayola y plantación en un lugar «a determinar a menos de dos kilómetros de distancia».