El soterramiento de las líneas aéreas de es Pujols finalizó hace aproximadamente un año y no obstante, los tendidos de Gesa y los postes que los sustentan aún no han podido ser retirados por culpa de que una gran mayoría de vecinos del núcleo urbano y propietarios de locales y establecimientos turísticos no han cumplido la parte del compromiso que les tocaba para hacer factible la supresión de los tendidos.

Tanto el Ayuntamiento como la empresa Elecnor, adjudicataria de las obras de soterramiento, ven con gran preocupación que la Semana Santa está a la vuelta de la esquina y poco después se iniciará la temporada turística sin que los particulares hayan acometido las obras, a las que se comprometieron en su día, para conectarse a la red eléctrica soterrada, lo cual imposibilita la supresión de la mayoría de los tendidos.

El concejal de urbanismo del Consistorio, José Ramón Mateos ha confirmado que en una calle con cuarenta o cincuenta vecinos, «sólo con que uno no haga la acometida, ese vecino insolidario impide la retirada de los tendidos aéreos con lo que tanto trabaja y tanta inversión resulta inútil y perjudica sobremanera al conjunto de la población, especialmente en el caso de es Pujols que es el núcleo turístico por excelencia de la isla». En este sentido Mateos ha lamentado que después de «todo el esfuerzo realizado por técnicos, empresas e instituciones, los vecinos no están respondiendo como debieran», y ha hecho hincapié que la retirada de tendidos aéreos y postes «tenía que haberse hecho antes de la temporada turística de 2001 y a este paso la situación corre peligro de eternizarse».

El máximo responsable del área de Urbanismo en el Ayuntamiento no ha querido pronunciarse ante la posibilidad de adoptar medidas severas contra aquellos que están entorpeciendo la finalización de unas obras, contempladas en el Pla Mirall de 1998 y terminadas días antes de la Semana Santa de 2001. El soterramiento en la vía pública de es Pujols era tarea del Consistorio de Formentera mientras que a partir de la zona delimitada por la acera y el muro o valla de la propiedad privada, había de ser el propietario el que se encargara de efectuar la conexión hasta las arquetas de protección instaladas a tal fin.