L os rayos solares calientan cada vez más conforme se acerca la primavera y las embarcaciones de recreo comenzarán a pedir de nuevo su sitio en las aguas del litoral pitiuso en breve. Aspecto que han notado ya las casas dedicadas a mantener en estado óptimo este tipo de barcos durante la época invernal. Atrás han quedado meses de revisiones, alijados, manos de pintura o restauración de otros objetos erosionados por el uso. Los extranjeros que llegarán en marzo ya solicitan que sus yates estén listos para cuando lleguen puedan salir a navegar. Ultima Hora Ibiza y Formentera ha visitado los varaderos donde en los últimos días se aplican los retoques finales a los primeros barcos que emprenderán el rumbo hacia el estreno de la temporada de navegación.
Grandes plásticos recubren a modo de envoltorio los yates que descansan de su actividad frenética de la temporada en que el tiempo les permite navegar. Precisamente este es el último paso que dan los encargados de la puesta a punto de las embarcaciones una vez que éstas han salido de su hábitat natural para invernar. La estación apunta a su fin y con ella las ganas de navegar de los que disponen de este tipo de embarcaciones. Para poder cumplir con su afición antes han tenido que desembolsar una buena suma de dinero para que la vuelta al agua se acometa con garantías. «Al sacar el barco del agua le limpiamos los bajos, se le pasa la lija antes de pintarlo si es que hay que darle una mano de pintura, le rodamos el motor con agua dulce y lo preparamos para el invernaje. Este paso recoge la aplicación de productos de engrase que ayudarán a que no sufra por estar parado una temporada muy larga».
Esta es la explicación ofrecida por Mark Antoni, encargado de la náutica Motomar de Sant Antoni, sobre los primeras actuaciones fundamentales para mantener a salvo la salud de la embarcación. Eliminar los restos de sal y mantener el yate sin humedad son dos de los más importantes requisitos que se cumplen después: «Es muy importante eliminar bien los restos de sal, aplicar vaselina a los metales para que no se oxiden y deshumidificadores que eviten que la humedad estropee la tapicería», explica el encargado. Después sólo queda colocar un plástico que cubra por completo el barco, con lo que se consigue aislarlo de los condicionantes meteorológicos.
Los interesados en que su yate reciba un tratamiento como el descrito se sujetan a unas tarifas que reflejan una inversión inicial y una fragmentación mensual después hasta que llega el momento de la vuelta al agua. «Los precios dependen del tamaño del barco, del motor o motores que tenga y de otros muchos condicionantes; pero una embarcación de 10 metros con un motor puede suponer unas 60.000 pesetas la puesta a punto inicial y una cantidad mensual por el mantenimiento que se fija en función de los metros lineales de la misma».
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