Las calles de Sant Francesc Xavier acogieron ayer el colorido de los disfraces de la Rúa de estudiantes que concentró a niños y no tan niños en la localidad. La magia de Harry Potter fue más que suficiente para que la niebla que envolvía Formentera no fuera óbice para la diversión.

Los participantes de menor edad abrieron el pasacalles caracterizados de tortugas, mariposas y chispeantes abejas. Tras ellas, decenas de clones de Harry Potter parecían una pequeña y negra marea juvenil que daba escobazos a diestro y siniestro. Quizás por eso los profesores y profesoras iban ataviados de brujas y brujos e imponían el orden o se enfrentaban al público. La marcha la cerraban dos grupos perfectamente complementados: los del entierro de la peseta en negro y, de exultante blanco, con pañales y toques de azul, la comitiva del euro.

Los familiares de los chavales se volcaron en las calles de Sant Francesc siguiendo la ruidosa comitiva que repartía caramelos y hacía bailar tanto a los integrantes de la Rúa como al público que les observaba de cerca entre los que figuraban turistas del Imserso.