La consellera balear de Medi Ambient, Margalida Rosselló, y el
director general de Recursos Hídricos, Antoni Rodríguez, explicaron
ayer a los representantes de los ayuntamientos de Eivissa y Sant
Antoni (el de Santa Eulària no envió a nadie) el proyecto de
interconexión de las dos potabilizadoras de la isla. Ya en rueda de
prensa, Rosselló y Rodríguez manifestaron su propósito de que las
obras comiencen en abril y que la instalación sea operativa el
próximo verano.
Tendrá una longitud de unos 30 kilómetros, incluidos los 14'5
kilómetros desde el depósito regulador que se construirá en Cas
Ferrer (Sant Rafel) hasta Santa Eulària. En esta población se
inyectará el agua desalada en un acuífero. Según los cálculos que
maneja la consellera, la interconexión permitirá reducir en un 43
por ciento las extracciones de los acuíferos pitiusos, dado que las
dos desaladoras existentes (en Sant Antoni y Eivissa) rendirán al
máximo todo el año, hasta producir, gracias a las mejoras, 21.600
metros cúbicos diarios.
Sólo se tendrá que recurrir a una expropiación, precisamente la
del terreno de 2.000 metros cuadrados de Cas Ferrer, donde se
ubicará el deposito regulador, que tendrá una capacidad de 2.000
metros cúbicos. Las obras costarán siete millones de euros (1.164
millones de pesetas), buena parte de los cuales serán pagados con
fondos de cohesión europeos, que el Govern espera que sean
concedidos en abril.
Sólo el 10 por ciento de los 30 kilómetros de tuberías de la
nueva red pasará por terrenos privados. El primer tramo, de 10'7
kilómetros, transcurrirá desde la estación de bombeo de Sant Antoni
hasta el depósito regulador. Después se bifurcará: un tubo (de
siete kilómetros) llegará al depósito de Eivissa, mientras que el
otro, de 14'5 kilómetros, tendrá como destino un acuífero de Santa
Eulària que, según Antoni Rodríguez, es tan impermeable que
funciona como un auténtico depósito. Rosselló reiteró que este
proyecto permite descartar la construcción de una nueva
desaladora.
Hacia la unificación de los precios del agua en los tres
municipios
Actualmente, los habitantes de Sant Antoni pagan casi el doble que
los de Eivissa por cada litro de agua, debido a que el coste de
producción de la desaladora de Portmany es muy superior. Según
Antoni Rodríguez, la interconexión «conducirá» a la unificación de
esos precios: los vecinos de Portmany pagarán menos que ahora,
mientras que los de Eivissa y Santa Eulària abonarán más por cada
metro cúbico. El precio final será «cercano» al que se paga
actualmente en Vila, dijo ayer el director de Recursos Hídricos,
aunque Rodríguez obvió el aumento que se prevé de las tarifas
(superior al 30 por ciento) debido, entre otras razones, al coste
derivado de conectar la potabilizadora a la central eléctrica de
Gesa. Otra consecuencia directa de la interconexión será la
creación de un consorcio único de aguas, que debe poner orden a la
actual anarquía existente en toda la isla, tanto de precios como de
producción.
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