Una misa solemne en la iglesia de Sant Francesc Xavier de
Formentera supuso el comienzo de la jornada festiva de Reyes. El
interior del recinto religiosos se decoró para la ocasión con un
Belén de grandes dimensiones ubicado frente al altar. A la derecha
del mismo, presidiendo la ceremonia, Melchor, Gaspar y Baltasar. Un
acto religioso que permitió lanzar el resto de actos folklóricos de
la jornada, completada con la entrega de juguetes, que duró casi
dos horas.
Los niños de Sant Francesc Xavier de Formentera esperaron a que
llegara la mañana del domingo para que los Reyes Magos les dieran
los regalos que esperaban con ansia desde que les vieron en la
cabalgata del día anterior. A pesar de la impaciencia tuvieron que
esperar a que concluyera la Eucaristía para recibir los presentes
de manos de Sus Majestades por haberse portado bien. Los tronos se
ubicaron frente a Ca ses Mongues, como manda la tradición. Los
pequeños pudieron ver cumplidos sus deseos accediendo a la tarima
de uno en uno. Los Reyes no se dieron prisa, prefirieron atender
cuidadosamente a cada chaval. Eso propició que la espera se
prolongara por espacio de dos horas, aunque en el lugar se
improvisaron otras actividades folklóricas para no caer en la
desesperación. Por ejemplo, el programa de fiestas no recogía una
ballada de ball pagès que se dio de manera espontánea y sin el
traje de gala junto a la iglesia.
Para terminar la fiesta, y cerca ya de las dos de la tarde, los
asistentes pudieron saborear los productos típicos de las Pitiüses.
Los bunyols se llevaron la palma. La tarde se dedicó a montar y a
usar los juguetes recibidos por los niños de la isla.
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