La Navidad es un época mágica que de pie a encuentros insospechados cargados de fantasía como el que vivieron ayer las decenas de niños y adultos que se acercaron hasta el improvisado teatro en el que se ha convertido en los últimos días la carpa instalada en Vara de Rey. La madrileña agrupación teatral La Fábrica de Sueños presentó ayer ante el público ibicenco la obra «Travesuras» en la que su protagonista, el Duende del Globo, conquistó la simpatía de mayores y pequeños.
El espectáculo, en el que los números con connotaciones circenses se dejaron entrever en todo momento, comenzó con la incursión entre el público de un duendecillo que enseñó a los papás y mamás el truco para hacer flores con globos de colores. Una puesta en escena moderna y novedosa, en la que la música en directo se combinaba a la perfección con números malabares, expresión corporal, movimientos en trapecio y muchas luces, puso sobre las tablas una obra con un claro contenido ecológico.
Desde el primer momento el protagonista de la historia, el Duende del Globo, dejó bien claro a los presentes que la representación se correspondía con un momento especial que se producía gracias a la magia de la Navidad: «Los duendes no aparecemos ante los humanos así como así, sólo en momentos especiales», aclaró, y acto seguido dio un toque de atención al respetable para que «aprendiese a escuchar los mensajes secretos de la naturaleza», claves para una vida mejor.
Con numerosas canciones acompañadas de una coreografía especial y espectacular que combinaba malabarismos con ejercicios de trapecio, el duende protagonista va presentó una historia cargada de trastadas protagonizadas por Piruja la bruja. Esta siniestra mujer, furiosa por no haber sido invitada a la fiesta del duende, tramó varias trastadas al duende que dejó de ver por momentos a los «humanoides», que ayudarán al protagonista a recuperar sus facultades.
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