A pesar de que la primera jornada no festiva de 2002 se presentó un tanto fría en Santa Eulària una veintena de niños, acompañados por algunos padres, se reunieron ayer en familia bajo la carpa de fiestas instalada en la plaza del Ayuntamiento. Les esperaba a mediodía la cuentacuentos Encarna, que se presentó al pequeño auditorio con un par de historias del continente americano que fueron seguidas muy atentamente por los pequeños que acudieron a la cita.
En la primera de las narraciones, «Por un puñado de orejas», Encarna contó la historia de Tío Conejo, que no tiene dinero y acude a otros animales para poder hacer alguna que otra compra. Así, a lo largo de la actuación la cuentista hizo una demostración de sus dotes de interpretación y modulaciones de voz, dando una personalidad diferente a través de la voz a Tío Tigre, Tío Mono, Tía Gallina o Tía Cucaracha entre otros, personajes animales protagonistas de una historia peculiar que dio paso a una segunda narración protagonizada por dos hermanos, el chico más caprichoso que la chica, que encarga a su dócil hermana un traje de águila confeccionado con plumas de diferentes aves y cera, con el que consigue volar pero que debido al calor desprendido por los rayos de sol se deshace y encoleriza al infante que se declara enemigo del astro rey pretendiendo fabricar una cuerda con la que atarlo. La cuentacuentos subió al público al escenario logrando que se sintiese partícipe de la narración de las historias fantásticas.
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