Tampoco este año será posible controlar con rigor el aforo de las discotecas ni las horas a las que cierran. Ayer, el Ayuntamiento de Sant Antoni -municipio que alberga las principales salas de baile de la isla: Privilege, Amnesia, Eden y Es Paradís- se descolgó del protocolo de actuación propuesto por el Consell Insular y anunció que seguirá «actuando como hasta ahora».

El concejal de Gobernación, José Juan Ferrer, Blai, esgrimió dos razones para rechazar ese protocolo: en primer lugar, «porque es una fotocopia de la legislación que establece los mecanismos para actuar en el control de aforos y horarios, vigente desde hace años y de la que el Ayuntamiento ya hace uso»; y, además, porque Sant Antoni no está dispuesto a dar el do de pecho en este asunto hasta que «todos los ayuntamientos se comprometan a dar ese mismo paso».

La actitud del Consistorio de Portmany fue calificada ayer por el conseller Santiago Ferrer como «desidia en la aplicación de la ley», y anunció que los servicios jurídicos estudiarán en los próximos días si existe la posibilidad de que el Consell pueda intervenir en el control de aforos y horarios de cierre. La institución podría imitar al Govern balear, que emplea a la Guardia Civil como fuerza inspectora. El temor de José Juan Ferrer es que Sant Antoni sea el único municipio que ponga en marcha medidas enérgicas contra los excesos de algunas discotecas, mientras Sant Josep y Eivissa no mueven un dedo.

«Lo que esperábamos -explicó el concejal de Gobernación- es que el Consell nos presentara un protocolo para agilizar la tramitación de los expedientes, que redujera, por ejemplo, los plazos; pero no, quieren que todo siga igual, que nosotros hagamos todo el trabajo y que ellos se limiten a imponer la sanción y a cobrarla. Aceptar eso es aceptar que todo siga como hasta ahora».