La Oficina de la Dona recibe los casos por dos vías. La primera
es la visita directa de la mujer agredida, que muchas veces efectúa
la denuncia cuando su caso ha llegado a un punto límite. La mujer
maltratada se ha enterado de la existencia del servicio a través de
los medios de comunicación, de familiares o amigos aunque son
muchos los casos que se derivan de una atención previa por parte de
un médico de familia, de un psicólogo, un pediatra o un abogado. La
segunda vía de entrada de los casos se debe a la existencia de una
denuncia previa en Comisaría o en el Juzgado que pasa a la Oficina
de la Dona mediante los llamados «protocolos de derivación».
Una vez que la mujer llega al centro se estudia su caso
detenidamente. Se comprueba si cuenta con apoyo familiar, si tiene
trabajo y, sobre todo, si le resulta peligroso volver a su casa,
situación en la que se gestionaría una plaza de acogida en uno de
los pisos con los que cuenta el servicio.
Tras este estudio se le presta asesoramiento jurídico aunque no
se obliga a denunciar si la mujer tiene miedo. En este caso se opta
por el apoyo psicológico y emocional para comprobar si la mujer
puede ir superando el temor a afrontar un proceso judicial. Durante
el trámite también se expone la posibilidad de iniciar un contacto
con el agresor y de prestarle apoyo psicológico, en caso de que se
crea que éste va a ser positivo
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