Orfidal y Lexatin son dos ansiolíticos que se encuentran entre los diez medicamentos más vendidos en Balears. El consumo de este tipo de fármacos está relacionado con la ansiedad. Sin embargo, no sólo es un problema que atañe a las Pitiüses, sino que está generalizado. «Esto pasa aquí y en todos los sitios, porque son unos medicamentos que van muy bien para la ansiedad», precisa la responsable de Salud Mental del Insalud en las Pitiüses, la psiquiatra María José Maicas.

Depresiones leves y los trastornos de ansiedad son las enfermedades más frecuentes que se ven en las consultas. La ansiedad presenta síntomas físicos, como palpitaciones, ahogo, dolor en el pecho, musculares e intranquilidad. En el aspecto psíquico, el paciente presenta preocupación, temor a que te pueda pasar algo. Estrés y ansiedad van unidos. El estrés genera ansiedad, una emoción que ocasiona más rendimiento cuando se produce en pequeñas dosis. «Pero cuando sobrepasas los límites, te agotas y disminuye el rendimiento», explica la psiquiatra.

Maicas resta importancia a que sean estos los que figuren entre los más vendidos: «Lo malo sería que los que se más vendieran fueran antidiabéticos o hipotensores». Sin embargo, la especialista no niega que los ansiolíticos produzcan adicción: «Si te los tomas más tiempo de lo necesario y con dosis más grande te puede crear una dependencia». Sin embargo, si no se trata la ansiedad, ésta «aumenta, aumenta y aumenta». La psiquiatra defiende su efectividad: «Se toman mucho porque son muy buenos, pero si se racionalizan más se tomarían menos».

Otro médico, Antonio Ruiz Expósito, atribuye los problemas de ansiedad a la sobrecarga laboral debido a la temporalidad de los contratos y que «nuestro supuesto paraíso balear no lo es tanto». Consultas masificadas y «poco tiempo para atender al paciente hace que se solucione con una receta», argumenta. Además, señala que «la gente no está dispuesta a perder mucho tiempo con la visita a un médico, porque quieren la cosa fácil».