El diagnóstico sobre la situación de las Pitiüses se presentó ayer a diferentes colectivos. Foto: K.T.

El Consell Insular abre desde estos momentos las puertas al debate sobre el futuro del territorio de Eivissa y Formentera. La institución ya cuenta con las competencias plenas para aprobar el Plan Territorial Insular (PTI) y, además, «con una fotografía bastante fidedigna», en palabras de la presidenta de la institución, Pilar Costa, sobre la realidad territorial actual.

Esta fotografía, en forma de diagnóstico, fue presentada ayer a los principales colectivos de Eivissa -hoy se dará a conocer en Formentera- y será el punto de partida para la construcción de la norma más importante de cuantas pueden ser redactadas y aprobadas por la primera institución pitiusa. Uno de los ejes principales del proceso es el reconocimiento de que Eivissa ha crecido «siguiendo una tónica de indisciplina general», como se recoge literalmente en el diagnóstico elaborado por Inypsa, empresa adjudicataria de los trabajos. Este texto apunta también que, durante años, en la época del 'boom' urbanístico, en los diferentes municipios de las Pitiüses «se seguía edificando sin licencia, se urbanizaba y se edificaba de espaldas al planeamiento o sin aprobar el planeamiento parcial; se permitían progresos de la edificación sin que se cumplieran las obligaciones urbanísticas, etc».

El diagnóstico del PTI, en el cual se resumen los principales problemas y las principales potencialidades de las Pitiüses, es la segunda fase de las cinco previstas para acabar con la aprobación de un documento que podría tener una vigencia de entre diez y veinte años. El conseller d'Urbanisme, Josep Marí Ribas, confía en que el proceso pueda concluir a primeros de 2002, con un año de retraso sobre lo previsto en el programa del Pacte Progressista.

El documento presentado ayer también incluye una encuesta realizada los principales agentes sociales, que han manifestado que los problemas que más les preocupan de las Islas son, entre otros, la salinización o contaminación de los acuíferos, el estado de los vertederos, la indisciplina urbanística, la estacionalidad y excesiva dependencia del turismo o la dificultad para acceder a una vivienda por parte de los residentes.