Esta moto con 'sidecar' de la Segunda Guerra Mundial es una de las 130 reliquias que pasearán hasta el martes por Eivissa.
Foto: ÓSCAR DELGAD

Un rugido poco común despertó ayer la curiosidad de los viandantes que se encontraban por los aledaños del hotel Costa Sur de Sant Antoni de Portmany cerca de las dos de la tarde. 130 motocicletas antiguas hacían acto de presencia a esa hora en el complejo después de haber cumplido la primera etapa del «VII Rally Isla de Ibiza» organizado por el Club de Vehículos Históricos de las Pitiüses procedentes de Dalt Vila.

Sidecars de la Segunda Guerra Mundial y motocicletas que cumplían con el requisito de la organización -no sobrepasar 1965 como año de fabricación- llegaron al lugar escoltados por efectivos de la Guardia Civil. El presidente de la agrupación, Martín Real, sin perder de vista su Harley Davidson blanca, señaló: «El certamen busca un ambiente de cordialidad, no de competitividad. Aquí no gana ni pierde nadie». En ese instante cruzó por delante de él un motorista sobre una scooter último modelo.

Se trataba del propietario de una moto del año 50 cuya máquina no resistió una prueba tan exigente. Pero no importaba, alquiló este utilitario para seguir disfrutando de la fiesta. En un principio la participación se limitó a 100 motos, aunque las demandas superaron las expectativas y se amplió el cupo a 130. A la cita acudieron motoristas procedentes de Alemania, Francia y Gran Bretaña, aunque la mayor representación era española. Cuando los tres coches escoba llegaron con los rezagados, los asistentes disfrutaron de un almuerzo de hermandad.