Cuando el general Dámaso Berenguer asumió el poder en España en
enero de 1931 pocos podían augurar que las elecciones municipales
convocadas casi tres meses después cambiarían el régimen
establecido, instaurándose la República.
En Eivissa, el panorama político previo a aquellos comicios
estaba principalmente representado por partidos monárquicos e
influenciados por la oligarquía local. El Partido Liberal
Regionalista, dirigido por Carlos Roman, y el Bloque Monárquico
Ibicenquista, con Lluís Tur i Palau a la cabeza, eran respaldados
por dos de los medios de comunicación existentes en la isla:
«Diario de Ibiza» y «La Voz de Ibiza», respectivamente. Un rotativo
aparecido en junio de 1930, «Proa», era la palestra desde la que se
daba apoyo a la ideología republicana, minoritaria en Eivissa,
aunque cerró sus puertas poco tiempo después, debido a la censura
militar, y no volvió a abrirlas hasta la proclamación de la
República.
Y llegó el día 12 de abril de 1931. La victoria de la derecha en
Eivissa fue un agridulce resultado para sus líderes, debido a la
mayoría obtenida por los republicanos en el conjunto del país, al
igual que sucedió en Formentera "donde los republicanos contaron
con el apoyo de la Unión General de Trabajadores-. El rey
abandonaba España tras la proclamación del nuevo orden, dejando a
los partidos monárquicos a merced de la nueva situación.
Los líderes conservadores de la isla no estaban dispuestos a
desaparecer. Para ello optaron por la vía más sencilla: adaptarse a
los nuevos tiempos. Roman no dudó en asegurar en un rotativo local
que el Partido Liberal Regionalista no era «incompatible con
ninguna forma de Gobierno». «Cabe igualmente en la Monarquía como
en una República», añadió entonces. Y todos se lo tomaron al pie de
la letra. Tras la primera victoria republicana ocurrida en abril,
las Pitiüses se aprestaban a celebrar las elecciones constituyentes
el mes de junio siguiente. Carlos Roman se personó en las mismas
integrado en la Coalición Republicana de Derechas. Por su parte,
Pedro Matutes, situado en la misma línea política que Lluís Tur i
Palau, lo hizo en la Coalición Republicana de Centro, donde
compartió candidatura con el empresario Juan March, quien colaboró
activamente con la insurrección militar que dio paso a la Guerra
Civil pocos años después.
«Proa» no perdió la oportunidad de recordar una frase de Roman
publicada meses atrás en la que afirmaba que «los republicanos son
cuatro niños con pijama y gorro frigio».
En Eivissa aún tenía que aparecer otro medio de comunicación en
los días previos a la llegada de la República "«La Defensa» no se
imprimiría hasta septiembre de 1932-. Fue el «Excelsior», periódico
católico fundado por la Congregación Mariana de Jóvenes. «Los
católicos no podemos esperar cosas muy buenas para la religión de
los actuales gobernantes», publicaron, reclamando el voto para
Acción Nacional y el Partido Integrista, colocados en el ala más
derechista del espectro.
Tras aquellos primeros meses republicanos, a partir de 1932 la
prensa en Eivissa se acercó a las posturas derechistas, tras haber
flirteado en algún caso con el nuevo régimen, aunque de un modo
algo descolocado "excepto en el caso de «Proa»-, de cara a los
comicios municipales y generales de 1933, en los que los
conservadores volvieron a alzarse con la victoria en Eivissa "en
Formentera, la Coalición de Derechas ganaba gracias a la abstención
anarcosindicalista en las generales de aquel año, aunque en 1936 la
situación volvió a la normalidad venciendo el Frente Popular en la
isla-.
Los años avanzaban y el panorama mediático no varió
excesivamente, perteneciendo mayoritariamente a la derecha. Tras
apoyar el voto contra la izquierda con intensidad «La Defensa», «La
Voz de Ibiza» y el «Excelsior» desaparecieron en el año 1936, tras
la victoria del Frente Popular en España. La Guerra Civil estaba
servida.
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