G.A. «¡Soldados! ¿Juráis por Dios, o prometéis por vuestra conciencia y honor, cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?». Con estas palabras a cargo del coronel jefe del Regimiento de Infantería Ligera Palma 47, Miguel Montojo Pavía, elevando el sable por encima de su cabeza y dirigiendo su punta hacia la bandera, dio comienzo ayer el solemne acto de jura de bandera presidido por el comandante general de Balears Tomas Formentín.

A continuación, los 227 reclutas, de los que 123 están destinados en Mallorca, 68 en Menorca y 36 en Eivissa, respondieron a una ¡«Si, lo hacemos»!. A lo que el coronel replicó: «Si cumplís vuestro juramento o promesa, la patria os lo agradecerá y premiará, y si no, mereceréis su desprecio y castigo como indignos hijos de ella». Entonces, los soldados realizaron el pase de a uno ante la bandera, refrendando su juramento con un beso a la enseña nacional. Seguidamente desfilaron los rebajados de servicio por enfermedad o lesión y finalmente un grupo de civiles, encabezado por la delegada del Gobierno en las Islas, Catalina Cirer. Después, el coronel y abanderado colocaron el sable y la bandera formando un arco bajo el cual, en formación de a tres, desfilaron de nuevo los soldados, reafirmando su compromiso.

Tras el acto, el comandante general Formentín inició su alocución, en la que destacó el carácter emotivo de la jornada que puso punto final a más de doscientos años de historia del Ejército: «Os felicito por haber finalizado con éxito el período de instrucción; y os felicito, porque lo habéis hecho con la alegría y el entusiasmo propio de vuestra juventud; a pesar de la fatiga, a pesar de la dureza de la disciplina militar». Asimismo, destacó la importancia de mantener viva la conciencia civil en materia de defensa nacional «en estos tiempos en que se busca la comodidad: tiempos en que la forma de vida tiende a volverse egoísta; en que la solidaridad y el sacrificio individual no están de moda; en estos tiempos en que algunos no comprenden vuestro esfuerzo desinteresado».