Las altas temperaturas reinantes durante las últimas semanas así
como las lluvias caídas en febrero han provocado el adelanto de la
campaña de control de la plaga de mosquitos. Este año el control
biológico de los insectos se llevará a cabo dentro de un mes,
aproximadamente, en vez de en mayo, como viene siendo habitual.
El calor impropio de este mes, sumado a las charcas producidas
por las últimas tormentas, podrían ocasionar una explosión
demográfica de mosquitos «súbita y antes de lo previsto», según
explicó Jaume Estarellas, técnico de Biodiversidad del Consell
Insular pitiuso. Para evitar esa situación, se fumigará con
larvicidas las zonas húmedas de Eivissa, como ses Salines, las
feixes de es Pratet y del paseo marítimo, y las depuradoras de
Santa Eulària, Cala Llonga y Eivissa. En Formentera se tratarán las
salinas den Marroig, el Estany Pudent y el Estany des Peix.
La campaña comenzará en abril y no concluirá hasta el otoño.
Unas estaciones trampa que se revisan cada cuatro días revelarán a
los responsables de la fumigación si la presencia de mosquitos
aumenta o permanece en unos niveles permisibles para que no
molesten sobremanera a los vecinos ni a los turistas: «Existen unas
curvas de vuelo que indican cuántos adultos hay en cada zona.
Cuando las condiciones son favorables, la curva aumenta. Se trata
de evitar ese pico, ya que una vez llegado a él cuesta mucho que
vuelva a bajar». La campaña de este año costará entre 16 y 20
millones de pesetas, y será costeada a partes iguales por las
conselleries d'Agricultura y Medi Ambient.
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