El Colegio Sa Real acogió ayer por la tarde la primera conferencia encuadrada en la cuarta edición de la «Semana de la familia» que organiza el obispado de Eivissa. El tema del día apuntó a los conflictos y a la violencia juvenil. Agustín Cortés, obispo de la diócesis de Eivissa y Formentera, abrió unas jornadas que se prolongarán hasta el viernes y que ayer abrieron Carlos Ros, delegado de Reforma del Govern balear; Mariluz Zornoza, profesora y psicóloga y Javier Valentín Gamazo, delegado de Familia del arzobispado de Madrid.

Carlos Ros planteó cómo queda la situación legal de los menores que cometen algún delito grave o falta leve. «La nueva ley que entró en vigor el pasado 13 de enero no busca el fondo de los conflictos y pretende una instrucción sancionadora con una base educativa, que con la sanción se eduque al menor, que tenga más utilidad que la sancionadora, también educativa».

Por su parte, el obispo señaló la intención con la que se repiten estas jornadas: «Parten de la visión positiva que de la familia tenemos desde la Iglesia, se presentan como una reflexión que ayude a los padres y educadores para que sepan atajar los problemas de los menores».

Javier Valentín Gamazo apuntó que «la violencia en la familia aparece cuando el joven siente que por motivos de rotura conyugal o de ausencia de uno de sus padres se rompe el hábitat natural de la familia, donde se desarrolla el ser humano. Es importante mostrar la importancia de la institución familiar como núcleo básico del desarrollo humano, donde se pueden transmitir los valores clásicos para que el día de mañana nuestros jóvenes sean ciudadanos en condiciones, que no causen conflictos, sino que generen la ciudadanía del amor, a lo que nos llama Juan Pablo II».