Tienen 16 años y han tenido problemas de absentismo escolar. No
aguantan la enseñanza reglada, pero quieren aprender un oficio. Los
chavales han encontrado una posible salida laboral a través del
mundo de la gastronomía, siguiendo los cursos de cocina del
«Programa Dalias 2000». Este proyecto impulsado por la Conselleria
de Benestar Social del Govern nació en un principio para atender a
menores de reforma; sin embargo, se ha extendido a otras áreas,
como el mundo de la educación, donde ha encontrado una demanda
superior a la registrada años pasados.
Desde 1996 han pasado 87 adolescentes de Eivissa por el
«Programa Dalias». El curso de mayo a julio de 2000 atendió a nueve
alumnos, pero la demanda ha crecido y este año se han apuntado 23
alumnos, de los que sólo siete decidieron no continuar.
Actualmente, hay trece adolescentes siguiendo el curso de cocina y
el resto, diez, se ha decantado por las becas. Ocho de las cuales
corresponden a peluquería, una de dependiente de comercio y otra
para un taller mecánico. Estas ayudas las concierta la institución
con empresas, pero el menor cuenta con el seguimiento de un
trabajador social. De este modo, se consigue atraer a los
adolescentes que no opten por la cocina.
Los talleres de cocina funcionan cinco días a la semana, de 9 a
13 horas. El curso es eminentemente práctico, salvo tres horas
semanales dedicadas a orientación laboral donde se les enseña los
recursos para encontrar trabajo. Precisamente, el objetivo es ese
«que se den cuenta de que tienen que trabajar», explica la
trabajadora social. De este modo, la cocina se utiliza como un
instrumento, no como una vocación. Sin embargo, apenas hubo bajas
en el curso: «La cocina les engancha porque ven el resultado de
manera inmediata».
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