Por segundo año consecutivo los mayores de la residencia Reina Sofía celebraron el día de San Valentín en el restaurante Can Cifre. Una demostración de que el amor no tiene edad. Una paella fue el plato que vistió la mesa, aunque ayer era lo de menos, ya que los mayores que acudieron al local lucieron a sus parejas sin complejos. Algunos presentaban una diferencia de edad notable respecto a la que representaba la persona amada. El restaurante acogió así un almuerzo caracterizado por el cruce de generaciones provocado por el amor.

Las mesas contaron con el apoyo de tarjetas especiales de enamorados con mensajes propios para este día: «Te quiero mucho», «Te necesito cada día» o «Para la persona amada con cariño». Todo un entramado dirigido a que los mayores de la residencia Reina Sofía disfrutaran de una jornada como los enamorados más jóvenes. Y es que como apuntó Carlos Villegas, uno de los que acudió a la comida y que tiene una pareja casi cuarenta años menor que él, «los que tenemos más de 65 años, edad reglamentaria para considerarse mayor, conservamos la capacidad de amar». Un encuentro marcado por el romanticismo.