El Grup d'Estudis de sa Naturalesa (GEN) califica de decepcionante
la situación en que se encuentra ses Salines cinco años después de
que fuera declarada Reserva Natural, según afirman los ecologistas
en un estudio que acaban de elaborar sobre el estado de ese paraje
y que ayer fue presentado por su presidente, Joan Carles Palerm, y
por Oliver Marí, miembro de la asociación.
Desde el grupo ecologista se achaca la actual situación a la
falta de diálogo entre el Estado y el Govern balear,
administraciones a las que insta a que se «sienten ya para negociar
el futuro de la Reserva Natural», de manera que se garanticen las
herramientas que permitan proteger activamente la zona.
Entre la lista de once circunstancias que amenazan el futuro de
ses Salines destaca el retraso de la elaboración y aplicación de un
Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), que precisará
la zonificación de ese espacio en función de los usos que en él se
puedan desarrollar. Este PORN comenzó a redactarse en 1995, pero
aún se desconoce su contenido.
Los ecologistas también critican que aún no se haya creado el
órgano gestor de la Reserva -que debe convertirse en el auténtico
«gobierno» de ses Salines- y que hay carencia absoluta de
señalización. Ni un panel indica la existencia de la Reserva
Natural, de manera que es constante el trasiego de gente por esa
amplia superficie. De igual forma, desde el GEN se considera
urgente que las autoridades pongan freno a la presencia de miles de
turistas que cada temporada acuden a la playa más conocida de las
Pitiüses: «Es imposible garantizar la supervivencia de determinadas
comunidades vegetales del litoral en estas condiciones», advierten
en el informe. También destacan la existencia en la Reserva de
numerosas edificaciones ilegales sin demoler.
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