El presidente de la Federación empresarial hotelera de Eivissa y
Formentera, Joan Bufí, cree que el sector no tendrá problema alguno
para adaptar su contabilidad al euro y, en general, para empezar a
trabajar con la nueva moneda a partir del 1 de enero de 2002. Según
Bufí, la mayoría de las empresas ya utilizan el sistema de doble
contabilidad, según el cual todas las operaciones vienen reflejadas
en la documentación oficial tanto en euros como en pesetas.
El Gobierno ha recomendado a patronales y sindicatos que las
negociaciones que se lleven a cabo durante este ejercicio se hagan
ya en euros, pero Bufí señala que esto tampoco supone ninguna
dificultad porque se realizan en términos porcentuales y, por
tanto, lo mismo da que el resultado se refleje en la moneda
española o en la europea. Lo mismo ocurre, según el presidente de
la patronal hotelera, con las negociaciones que se llevan a cabo
todos los años con los touroperadores nacionales y extranjeros de
cara a fijar los precios de la próxima temporada.
«Contablemente, para las empresas, la adaptación al euro no
supone ningún problema, porque la máquina lo puede hacer todo. Sin
embargo, por mucho que la gente diga que lo entiende, el día a día
no va a ser tan fácil», comenta Bufí. Precisamente, ese es el
aspecto que más preocupa al portavoz de los hoteleros, que cree que
el hecho de que una moneda vaya a sustituir a otra en sólo un día
de plazo puede causar dificultades a muchos ciudadanos. «No será
fácil asimilar el valor de la moneda a la vida cotidiana. El euro
tendría que estar dos años funcionando a la par con la peseta,
porque esta hubiera sido la mejor manera de acostumbrarse», dice
Bufí.
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