El párroco de la localidad bendijo a multitud de animales que pasaron ante él.

ÓSCAR DELGADO Cuatro días después de la celebración oficial de Sant Antonio Abad, Santa Gertrudis acogió la bendición de animales. Desde las doce del mediodía la gente comenzó a congregarse en la Plaza de la Iglesia. A la misma hora comenzó una misa solemne, ceremonia que precedió a la imposición de agua bendita por parte del cura a los animales. Asimismo, al finalizar este acto se efectuó una procesión por las calles de la localidad.

Caballos, conejos, perros y gatos. Estos fueron los protagonistas ayer en Santa Gertrudis. Los equinos ganaron esta vez a los animales domésticos más comunes. A la una menos cuarto de la tarde, al finalizar la misa, el repique de campanas anunció que el párroco esperaría en la puerta del templo religioso a que los interesados pasearan ante él para que les concediera la pertinente bendición, con la que los dueños de los animales quieren que éstos se libren de enfermedades este año.

La Plaza de la Iglesia recibió a numeroso público, compuesto por curiosos y por los interesados en participar en la convocatoria. Después de concluir la procesión por la vías del pueblo, la atención la ocupó el tradicional ball pagès, el vino y los bunyols.

El acto transcurrió a una velocidad de vértigo. La espera fue más larga que el proceso seguido después para proceder a la bendición. Al final, todos contentos y los animales ajenos a lo que habían vivido.