Los almendros en flor vistieron el día de Santa Agnés, que recibió la visita de multitud de gente. A las doce y media una misa solemne sirvió para comenzar los actos previstos. De manera paralela , dos exposiciones se instalaron para aportar dos temáticas dispares entre sí: las motos y coches antiguos por una lado y los útiles de labranza por otro. Era un día festivo en el que el tiempo acompañó.

Una procesión siguió al acto religioso. En la misma la santa recorrió las calles de Santa Agnès. Al finalizar el paseo, y como viene siendo tradicional, el protagonismo lo adquirieron los actos tradicionales. El grupo de ball pagès de Sant Antoni de Portmany amenizó la mañana a los asistentes, quienes también saborearon las típicas orelletes y el vi pagès.

La gente se divirtió. A la cita acudieron personas de diferentes edades. Todas ellas disfrutaron de un día festivo, del sol y del folclore ibicenco. Conforme el sonido generado por el grupo de ball pagès, el ritmo de la celebración decreció. Santa Agnès volverá a ser paseada por las calles de la localidad dentro de un año. Una llamada a la tradición cada 365 días.