Imagine que a través de su teléfono móvil, con una simple llamada y desde su lugar de trabajo, esté a la distancia que esté, en cualquier punto del globo terráqueo, usted puede encender el sistema de calefacción central de su vivienda o segunda vivienda, conectar y elegir la intensidad de las luces de las distintas habitaciones, poner a funcionar el equipo de música y la televisión y abrir los sistemas de riego de su jardín. Suena bien ¿verdad? Pues esto es, básicamente, lo que ofrece a los usuarios la domótica, un sistema de aplicación de las nuevas tecnologías al hogar y a los grandes edificios al gusto y necesidades de cada cliente, permitiendo mejorar la seguridad y comodidad en los mismos.

Aunque parezca un tanto futurista y de ciencia ficción, estos sistemas ultramodernos que hemos podido ver reflejados como prototipos en muchas películas son ya una realidad cada vez más asequible para instalar en el hogar, que permite «llevar tu casa en el bolsillo por si pasa algo o por si quieres que pase», puntualiza Fernando Marí, gerente de DomóticaIbiza, una empresa especializada en crear casas y edificios 'inteligentes'.

Los sistemas domóticos, aunque sofisticados por sus prestaciones, pueden manejarse tan fácilmente como el menú de un teléfono móvil, por códigos numéricos y siempre mediante control remoto, bien a través de la línea telefónica, bien a través de pantallas táctiles o mandos a distancia especiales que agrupan la regulación de todos los sistemas en un único aparato.

A través de la instalación de unos sistemas de control, la domótica permite realizar un seguimiento efectivo de la vivienda y segunda vivienda conociendo qué pasa con las distintas partes de la casa a través de una simple llamada telefónica. «La domótica instala sistemas de seguridad por control remoto vía telefónica que permite controlar la iluminación interior y exterior de la vivienda, el sistema de alarma, el encendido y funcionamiento de la calefacción y aire acondicionado, e incluso las fugas de gas o agua, facilitando el corte del suministro de ambos servicios y el aviso inmediato en el momento justo en el que se produce la anomalía», explica Fernando Marí quien vaticina que «en cuestión de seis años serán unas instalaciones de lo más cotidianas en todo tipo de viviendas debido a sus altas prestaciones».