Los acordes de la música popular navideña se aparcaron ayer para
dejar paso a los de los pasodobles, tangos, rumbas y merengues que
interpretó la orquesta «Tanit» en la carpa de Vara de Rey para los
mayores. Así, este colectivo pasó a tener su propia fiesta en unas
jornadas que han estado marcadas por las fiestas de escolares y las
reuniones familiares.
Para amenizar la asistencia de los mayores, el Ayuntamiento de
Eivissa dispuso en el lugar de chocolate para 500 personas y de 850
trozos de bizcocho. Sandra Mayans, concejala de Fiestas y Cristina
Ferrer, su colega en Mercados y Cementerios, se encargaron de
repartir entre los asistentes la merienda.
Aunque los manjares no tuvieron tanto éxito como en anteriores
ocasiones. A pesar de que muchos de los mayores permanecieron
sentados en las sillas que se repartieron bajo la carpa, a otros no
les importó coger a su pareja y ponerse a bailar en el espacio que
quedaba libre para ello. La orquesta ofreció una variedad de
tendencias musicales, siendo el pasodoble el que más éxito tuvo.
Entre bizcochos, chocolate y música la tarde se les pasó a los
mayores muy rápido. Y es que no todos los días pueden disfrutar con
sus amigos de acontecimientos como el de ayer en pleno centro de
Eivissa.
La Navidad continúa celebrándose, aunque, como se demostró ayer,
no siempre tienen que ser los villancicos los que sirvan para
recordar la festividad. Los mayores lo comprobaron de cerca.
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