ÓSCAR DELGADO Los acordes de la música popular navideña se aparcaron ayer para dejar paso a los de los pasodobles, tangos, rumbas y merengues que interpretó la orquesta «Tanit» en la carpa de Vara de Rey para los mayores. Así, este colectivo pasó a tener su propia fiesta en unas jornadas que han estado marcadas por las fiestas de escolares y las reuniones familiares.

Para amenizar la asistencia de los mayores, el Ayuntamiento de Eivissa dispuso en el lugar de chocolate para 500 personas y de 850 trozos de bizcocho. Sandra Mayans, concejala de Fiestas y Cristina Ferrer, su colega en Mercados y Cementerios, se encargaron de repartir entre los asistentes la merienda.

Aunque los manjares no tuvieron tanto éxito como en anteriores ocasiones. A pesar de que muchos de los mayores permanecieron sentados en las sillas que se repartieron bajo la carpa, a otros no les importó coger a su pareja y ponerse a bailar en el espacio que quedaba libre para ello. La orquesta ofreció una variedad de tendencias musicales, siendo el pasodoble el que más éxito tuvo. Entre bizcochos, chocolate y música la tarde se les pasó a los mayores muy rápido. Y es que no todos los días pueden disfrutar con sus amigos de acontecimientos como el de ayer en pleno centro de Eivissa.

La Navidad continúa celebrándose, aunque, como se demostró ayer, no siempre tienen que ser los villancicos los que sirvan para recordar la festividad. Los mayores lo comprobaron de cerca.