Cuando para la tradición cristiana estamos a punto de entrar en el año 2001, los musulmanes se encuentran celebrando el Ramadán, el noveno mes del año lunar, por el que se guía el calendario religioso del islam que se encuentra en el año 1421. Wadih Alfoval, presidente de la Asociación de Magrebíes de Eivissa, nos explica que el Ramadán, que dura 29 o 30 jornadas, dependiendo del año lunar, no tiene una fecha fija, habiendo entre este año y el que viene 12 o 13 días de diferencia. En esta ocasión, la comunidad musulmana se encuentra en sus 30 jornadas de riguroso ayuno. «Es el mes sagrado en el que se celebra el milagro de Mahoma y el Corán y en el que nosotros combinamos la oración con otros aspectos más religiosos y espirituales, y vivimos en un ambiente nocturno, ya que nos dedicamos a rezar por las noches», explica Wadih.

Hoy es su décimo octava jornada de ayuno. Desde el pasado 27 de noviembre y hasta el 26 de diciembre, los musulmanes están obligados a no comer, beber, fumar ni mantener relaciones sexuales durante las horas de sol, y orar cinco veces al día: a las 06'00, 12'30, 15'00, 17'30 y 19'00 horas aproximadamente, dependiendo de la salida y puesta del sol.

«El Ramadán tiene un sentido de solidaridad para saber de qué sufren los hambrientos, y también es un modo de practicar la disciplina para el cuerpo, para que no excederse», comenta Wadih Alfoval, «y en los países musulmanes se respira un aire más espiritual y de solidario en el que todo el mundo da limosna, dejando a un lado el placer carnal y material, y se reflexiona más». A lo largo de todo el mes los musulmanes realizan una única comida formada por el fotor, un desayuno a base de leche y dátiles, una sopa harirra, hecha con huesos de ternera, cebolla, tomate, apio y garbanzos, y un café acompañado de dulces.

La madrugada del 26 o 27 día de ramadan se realiza un ritual especial en el que se lee el Ahzab (el Corán), y el último día se celebra la jornada del no ayuno, con una acto especial.