Una quiniela de 15, otra de 14, veinte de 13 aciertos, ciento sesenta y cuatro de 12 y novecientas dieciséis de 11, son todos los blancos que la joven peña quinielística 'EK3' ha conseguido con la última jornada de la liga, que se traducen en 32 millones de pesetas. No está nada mal, si se tiene en cuenta que este gran grupo de jugadores de quinielas apostaba por quinta vez desde su reciente constitución.
«'EK3' es una Comunidad de Bienes que tiene sus accionistas, sus estatutos y su directiva, y se ha concebido como una empresa cuya finalidad es ganar la mayor cantidad de dinero posible jugando a la quiniela», señalan Román Juan y Vicente Riera, presidente y vicepresidente de esta afortunada agrupación. Aunque a primera vista parezca sencillo, cada semana Román y Vicente realizan apuestas múltiples con miles de boletos apostando más o menos cantidad de dinero «dependiendo de la dificultad de la jornada: a mayor dificultad mayores apuestas», indica Vicente, para quien el próximo fin de semana es una de esas jornadas críticas en las que los grandes juegan fuera y hay varios encuentros como el Alavés-Deportivo, o el Rayo Vallecano-Barcelona, «en los que no sabes qué va a suceder».
Formalizar las quinielas les lleva una media de 7 u 8 horas porque hay que «estudiarlas, repasarlas, realizarlas de forma manual y depurarlas pasándolas por el sistema informático de la casa de apuestas 'Navarro' de Sant Antoni, lugar en el que realizamos siempre las apuestas porque nos trae suerte», puntualiza Román.
Cada semana, los dos cerebros de 'EK3' realizan esta tarea entre el lunes y el miércoles, y viven con mucho sufrimiento los fines de semana viendo únicamente los 15 minutos del último partido «porque sufres mucho y el stress es muy alto», comenta Román, quien añade que el domingo y el lunes su móvil no deja de sonar con llamadas de los accionistas preguntando por los resultados económicos. El secreto de 'EK3' está en hacer el mayor número de apuestas posible: para lograr los 32 millones realizaron 156.000 apuestas, por lo que el beneficio real de la peña son casi 9 millones de pesetas, «algo que no está nada mal, si tenemos en cuenta que nadie daba un duro por nosotros y que nos costó mucho reunir el dinero y los accionistas para comenzar», comentan Vicente y Román.
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