Levantarse un domingo con la nevera medio vacía es algo que suele
suceder. El hecho de tener una tienda abierta suele ser un alivio.
Por otra parte, los compromisos laborales o los horarios de trabajo
dificultan el hacer compras durante la semana por lo que la
apertura en domingos y festivos contribuye a la comodidad del
usuario. Sin embargo, hay un «pero».
Los sindicatos y las patronales del comercio balear advierten de
los perjuicios que supone la apertura indiscriminada en fiestas de
guardar. Detrás de los escaparates y de las cajas registradoras hay
personas que tienen el derecho a disfrutar del tiempo ocio y de sus
familias, una reivindicación que ha reiterado en numerosas
ocasiones la Pimeef. El problema de abrir tantos festivos y
domingos es que la gente se acostumbra a comprar esos días cuando
no es realmente necesario, precisan.
La posición de la Pimeef es clara en este tema. Los domingos y
festivos el comercio debe permanecer cerrado en zonas no
turísticas. Además el máximo semanal de horas debería ser de 72
nunca las 90 que marca el decreto estatal de junio de este año. En
zonas turísticas existe el consenso general de que la temporada de
libertad de apertura en domingo debe ir del 15 de marzo al 30 de
octubre.
El Govern ha decidido lanzar una oferta de cinco días festivos
de apertura atendiendo a las peticiones del pequeño comercio. Sin
embargo las grandes superficies reivindican nueve. El único punto
de acuerdo entre todas las partes es en los festivos en los que
bajo ningún concepto podrán abrir los comercios durante el año que
viene que son el 1 de enero, el 6 de enero, el 1 de mayo y el 25 de
diciembre.
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