Cuenta la leyenda que el cartel de patrona de los músicos le llegó a Santa Cecilia fruto de la casualidad. Cuando hallaron su cuerpo en 1599 se podía leer en una frase de las actas de su martirio lo siguiente: «Al canto de los órganos, Cecilia oraba». Pese a su contenido, la frase no hacía referencia a los instrumentos musicales, sino a los tubos que conducían el vapor de agua. De una forma u otra, desde entonces la imagen de la santa quedó vinculada a los músicos, detalle que se aprecia en la mayoría de las imágenes en las que aparece. Por tal motivo el día 22 de noviembre quedó institucionalizado como el día de los creadores de melodías. Y en Eivissa ayer se celebró en el Auditorio del Centro Polivalente de Cas Serres.

Los alumnos y los profesores del Conservatorio ofrecieron un concierto especial que quedó estructurado bajo la forma de un enfrentamiento amistoso. La primera parte de la actuación estuvo marcada por las piezas que interpretaron los alumnos y se cerró con la interpretación de la «Dansa ritual del foc» por parte del futuro pianista Xico Torres. Mediado el concierto, el testigo lo tomaron los profesores, hasta completar la hora y media aproximada que duró el acto.

Pese a esta separación en el programa de actuaciones entre maestros y alumnos, el concierto se convirtió en el pretexto para celebrar el día de su patrona. «No hay mejor forma de celebrar el día de Santa Cecilia que con música.

Aunque cualquier fecha es buena para interpretar piezas musicales», sostiene la directora del Conservatorio Lina Bufí. Momentos antes del inicio del concierto se respiraba nerviosismo, aunque al producirse la fusión entre los músicos, el sonido y sus instrumentos todo quedó apaciguado. Cuestión de armonía.