El Día Internacional sin Alcohol se vivió en las Pitiüses sin consecuencias. Como un día más. La falta de proyección de una jornada que en otros puntos de España se celebra con especial hincapié, motivó que los pitiusos no cambiaran sus hábitos de bebida. El miércoles 15 de noviembre no pasará a la historia, pues, como un día abstemio. Tampoco como un exceso de alcoholismo. Simplemente como un miércoles más de los que encuadra el calendario.

A primera hora de la mañana los locales sirvieron las copas de brandy que habitualmente sirven. Al mediodía, las cañas y los vinos no desaparecieron de sus barras. Y ya por la tarde los combinados hicieron acto de presencia al igual que en otras jornadas. «Del Día Internacional sin Alcohol no se ha hecho una campaña tan persistente como del día sin vehículos, es normal que la gente no haya reaccionado. Seguro que el 90 por ciento de los pitiusos desconocían que se celebraba este día el 15 de noviembre», apunta Eduardo Duque, presidente de la Comisión de Bares, que se encuadra en la Asociación de Propietarios de Bares y Restaurantes de Eivissa y Formentera que preside Paco Tur.

Los días internacionales necesitan ir acompañados de campañas publicitarias agresivas. Así lo entiende Eduardo Duque, que matiza señalando que «estas jornadas ayudarían a que la gente comprendiera que el alcohol puede convertirse en una droga más si de verdad se promocionan. La juventud, sobre todo, necesita conocer cuáles son los efectos negativos de lo que toman cada fin de semana porque los desconocen».

La mentalización de que el consumo de alcohol es perjudicial para la salud es lo que faltó ayer en las Pitiüses. Y es que no era difícil salir al encuentro de grupos o personas que anónimamente disfrutaban de las excelencias de algún tipo de bebida con alcohol.