La modificación de varios puntos de Plan General de Ordenación
Urbanística (PGOU) centró ayer el debate plenario del Ayuntamiento
de Eivissa. La concejala de la oposición, Virtudes Marí, acusó al
Pacte Progressista de «incoherencia política» al aprobar -con los
votos en contra del PP- una reforma de un tema «vital» para Eivissa
sin contar con la opinión de los afectados y «ocultando» a la
oposición «hasta el último momento» su intención de reformar varios
puntos del PGOU.
Además, la concejala aseguró que los cambios parten de un error
de base, ya que «no se pueden tramitar cambios en el planeamiento
sin adaptarlos a las DOT». Sin embargo, el concejal de Urbanismo,
Joan Boned, y el arquitecto técnico encargado de redactar los
cambios aseguraron que este paso «no es necesario en este caso»,
porque se trata de una aprobación «inicial» no definitiva de una
modificación de normas. «La reforma está abierta a cambios», señaló
el concejal.
Boned tampoco comparte las quejas de la oposición por la falta
de consulta sobre la viabilidad de las nuevas medidas. En este
sentido, recalcó que sólo intentan «solucionar problemas como la
falta de aparcamientos o la proliferación de negocios que puedan
resultar molestos».
Las razones esgrimidas por Boned no convencieron a Virtudes
Marí, que remarcó que aunque la reforma sea inicial y no definitiva
su aplicación «será inmediata», así como sus repercusiones. «Se
está jugando con la economía», apuntó Marí, que recalcó que la
reforma incluye restricciones a la implantación de comercios que,
en principio, no son molestos para los vecinos. Boned señaló, por
el contrario, que el comercio puede ser «muy molesto» y que eso lo
demuestran las denuncias de vecinos a estos negocios.
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