G.ROMANÍ La desaladora de es Ca Marí, que abastece de agua potable la isla de Formentera, podría quedar fuera de servicio al menos durante tres días debido a un rayo caído a pocos metros de la instalación que ha provocado un fallo en el sistema informático.

La tormenta se inició ayer alrededor de las ocho de la mañana y dejó en las inmediaciones de la desaladora hasta 78 litros por metro cuadrado. A las nueve, un rayo inutilizó el procedimiento de fabricación de agua potable. El alcalde de la isla, Isidor Torres, redactó un bando urgente en el que se explica a los ciudadanos el alcance de la avería y les recomienda, «el ahorro de un bien esencial como es el agua». Además, el bando anuncia que en los próximos días, «los camiones cisterna no podrán cargar el agua junto a la vieja desaladora de Gesa». Torres destacó que esto se debe a que dicha planta, que había funcionado durante la temporada alta y que se ha vuelto a poner en marcha de forma urgente, funcionará para poder abastecer a la zona turística de Ca Marí que posee un total de 3.000 plazas hoteleras. Isidor Torres confirmó que, en casos de urgencia, serán autorizados los camiones a cargar el agua para abastecimiento a cisternas en el depósito regulador de es Pujols.

En cuanto al alcance de la avería, el alcalde de Formentera aseguró que hoy se desplazarán hasta la isla varios técnicos para analizar el problema y el tiempo que se necesita para arreglarlo. Sin embargo, Isidor Torres explicó que durante los próximos días el abastecimiento de agua potable está garantizado ya que los depósitos reguladores de Sant Ferran, Sant Francesc y es Ca Marí, están casi al 100 por cien de su capacidad y, en el caso de es Pujols, el de mayor capacidad de la isla, «está a la mitad de su capacidad».