Tagomago cuenta con una extensión de 580.000 metros cuadrados y está situada a una milla y media de la costa ibicenca.

De dieciséis pasaron a once. Pero ahora son tan sólo tres los millonarios que pujan por la compra de Tagomago. Y es que esta isla no está al alcance de bolsillos modestos: el que quiera veranear en este paraje deberá desembolsar 850.000.000 de pesetas. Además, el precio ha subido en 123.000.000 de pesetas desde que sus anteriores inquilinos la pusieran en venta en el año 1998.

La inmobiliaria de Palma de Mallorca que se encarga de su venta está ultimando los detalles de la lujosa mansión de 600 metros cuadrados que se levanta en la isla. Esta construcción, que no fue estrenada por sus anteriores propietarios -la familia alemana Zu Leinengen-, cuenta con dos salones, un comedor, seis dormitorios dobles, solárium y piscina. Además, se autoabastece de agua dulce y obtiene luz de un grupo electrógeno propio.

La colonia de pescadores que habitaron Tagomago desde el siglo VIII hasta finales del XIX no se imaginaban la importancia ecológica que cobraría esta isla. Así, está incluida dentro de la Red Natura 2000 y fue declarada Lugar de Importancia Comunitaria. Además, debido a la gran cantidad de especies que alberga, también recibió la mención de Zona de Especial Protección para las aves.

Vender Tagomago no es como gestionar la compra de un piso, con las llaves en el bolsillo del agente inmobiliario. Los encargados de la empresa que oferta la isla acuden de forma periódica a Eivissa, desde donde se desplazan a este paraje para enseñarle sus virtudes a los posibles compradores. No obstante, la cercanía de Tagomago a la costa de Pou d'es Lleó -a tan sólo una milla y media-, facilita las visitas al islote. Sin duda, como reza el eslogan empleado por la inmobiliaria, «un paraíso exclusivo para personas exclusivas».