Yo no soy ningún perro. Tan sólo soy un intermediario entre los famosos y la gente que lee las revistas del corazón. Todos los paparazzi tenemos nuestro corazón; estamos en esta profesión como podríamos estar en cualquier otra». Quien esto asegura es uno de los 20 periodistas de la prensa rosa que trabajan en verano en Eivissa, tratando de captar la imagen que les salve la temporada.

Lógicamente, prefiere mantener su nombre en secreto. Con once años en la profesión asegura estar cansado de la doble moral de la gente y de los famosos: «Primero, cuando te ven sacando una foto a un personaje, te insultan y te dicen de todo. Después, esos mismos serán los que el jueves se leerán todas las revistas del corazón. Yo no tengo la culpa de que Isabel Pantoja tenga miles de fans que quieren saber sobre su vida o de que Marta Chávarri esté cada día con uno diferente», explica.

Este verano han recalado en la isla ocho agencias de prensa y dos de televisión dedicadas única y exclusivamente a la caza del famoso. Han convertido durante dos meses los sillones del aeropuerto en su hogar, esperando que apareciera algún personaje célebre por la puerta de llegadas. Se han pasado interminables jornadas entre matorrales, en la playa o sobre los pinos tratando de captar la mejor fotografía. Sin embargo, el esfuerzo no se ha visto siempre recompensado.