La V Reunión Harley-Custom de Eivissa tiene su base en el campamento instalado en Cala Bassa. Fotos: K. TABERNER / V. FENOLLOSA.

Lo que parecía una reunión minoritaria de amantes de un estilo y una forma de disfrutar de la carretera, con tan solo 50 participantes en su primera edición, se ha convertido en tan solo cinco años en una de las concentraciones de motos custom más multitudinarias de todas las Balears.

En total el 'Paladines Custom Club de Eivissa', capitaneado por Mariano Moreno y sus veinte compañeros, ha conseguido reunir a 600 aventureros del asfalto y nada menos que 450 motos, que desde ayer y hasta el próximo lunes participarán en diferentes excursiones y actividades que se desarrollarán en diferentes lugares de la isla. En esta edición han sido un total de 250 participantes más con respecto a la edición de 1999 los que se han animado a formar parte de esta forma de hacer turismo colectivo.

Mariano Moreno, que se mostró muy satisfecho con los resultados «a pesar de no haber pegado ojo en los último cuatro días», destacó que el éxito de esta reunión está en «el reclamo que supone la isla y en que cada año el club se esmera en mejorar más».

Aficionados a las Harleys, procedentes de la Península en su gran mayoría, lucieron sus caballos metálicos por Cala Bassa, Sant Josep, ses Salines, Eivissa y Sant Antoni, lugares marcados en el itinerario diseñado por la organización en el que realizaron varias paradas para reponer fuerzas, refrescarse y poder hacer frente mucho mejor a las altas temperaturas. Los participantes, concentrados en una zona de acampada habilitada para la ocasión en Cala Bassa, hicieron su primera parada en el puerto de Ibiza Nueva, donde aparcaron sus singulares vehículos a lo largo de un buen tramo del Paseo Juan Carlos I, justo antes de comer una enorme paella preparada expresamente para ellos en Aqualandia.