UTE, la empresa encargada de construir el dique de Botafoc, y la
Autoritat Portuària conocerán hoy los resultados pormenorizados del
informe sobre la presencia o no de restos arqueológicos. Sin
embargo, ambas partes ya conocen las conclusiones del estudio que
revelan que no ha habido hallazgos por lo que la obra podrá seguir
su curso. El gerente de la constructora UTE, Rafael Mei, confirmó
que el proyecto continuará avanzado sin problemas si el Consell
Insular da el visto bueno definitivo a la vista del informe
arqueológico favorable.
Una vez superado este obstáculo, la empresa Intecsa, contratada
por UTE, elaborará el programa de declaración de impacto ambiental,
un paso obligatorio para poder ejecutar las obras. Intecsa deberá
hacer análisis periódicos de la calidad del agua, de los ruidos y
del polvo generado. Además , la empresa adjudicataria tendrá que
efectuar el dragado con una malla para evitar que se produzcan
sedimentos y comprobar el impacto en las posidonias que se
extienden por la zona.
Los estudios se efectuarán tanto antes de que comience el grueso
de las obras, probablemente a principios de septiembre, como
durante la realización de los trabajos y al finalizar la
construcción. En estos momentos la gerencia está cerrando contratos
como el de construcción de los cajones sobre los que se asentará el
dique. Estas piezas, de enorme tamaño y peso (4.000 toneladas cada
una) no se fabricarán en Eivissa sino que serán remolcadas por mar
hasta la obra.
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