En Eivissa hay varias haciendas dedicadas a la cría y cuidado de caballos que ofrecen alternativas al tiempo de ocio. Una de ellas es la de Sant Llorenç, más conocida como Can Canaval, que, regentada por Fred y Gaby, ofrece actividades para todas las edades y todos los niveles. En las cuadras de este picadero habitan 16 caballos, dos de los cuales son de raza pequeña para que los más pequeños puedan iniciarse en la pasión por la hípica.
«El primer paso importante para aprender a montar es elegir un caballo con el cuál te sientas a gusto», señala Gaby, uno de los monitores, quien añade que «también es importante llevarse bien con él y no tenerle ningún miedo». En la hacienda además del animal facilitan todo el material necesario para montar: desde las botas a la fusta y, para animar a los principiantes indecisos, regalan la primera sesión. Los precios son bastante interesantes: una clase de una hora cuesta 3.500 pesetas si se hace a solas y 2.500 si se hace en un grupo de más de cinco personas. Para los iniciados el paseo a caballo de una hora cuesta 2.000 pesetas.
En Can Canaval todo es muy familiar, no hay más que echar un vistazo a sus caballos. «Fidelio», con 35 años, es el padre de todos los potros de la cuadra cuyos nombres empiezan por la letra 'F'. El origen de los caballos es variado. Los hay que proceden de países como Arabia o Estados Unidos y hay alguno andaluz. estos caballos, que a medida que pasan los años cambian de blanco a negro o viceversa, son un atractivo más para el tiempo libre.
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