El arte de 'pinchar' tiene sus secretos y su disciplina. Foto: V.F.

La clubmanía ha dado aún un paso más allá. Desde el año pasado, Andy Wilson, un británico residente en Eivissa, organiza en el bar Mezzanine unos cursos para todos aquellas personas que quieran profundizar en la «Club culture» que tanto está arrasando en estos últimos años. Point Blank es una productora británica con sede en Londres que lleva más de diez años promoviendo este tipo de música - Funky, dance y Chillout- y ofrece cursos de aprendizaje y de perfeccionamiento en todas las técnicas de la producción musical. Robert Cowan, su director, firmó un contrato con Sony en los años 90 , convirtiéndose en un respetado productor, que le ha permitido editar cientos de temas que invaden las noches londinenses con sus ritmos.

Andy, socio de Robert Cowan, pensó que Eivissa sería el mejor lugar para exportar la idea; un lugar donde cada año acuden más de 1'5 millones de británicos con ganas de adentrarse en la cultura dance. «Los turistas se han cansado de siempre hacer lo mismo; atiborrarse a cervezas, ir a los lugares típicos... Ya no se contentan con un descuento para un club o un dos por uno. Cada año exigen más, y esta pretende ser la respuesta». De hecho Andy cuenta ya con el apoyo de distintos turoperadores que incluyen en sus rutas la posibilidad de vivir la clubmanía desde dentro, desde los «platos».

Los cursos que organiza el dj inglés, con más de diez años de experiencia, son de tres horas en el mismo día, desde las 18 horas hasta las 21, y tienen un precio de 10.000 pesetas; al terminar, los instructores deleitan a sus alumnos con un rato de buena música mientras el sol se pone en el horizonte. Son grupos de 8 personas como máximo, la mayoría de nacionalidad británica. «El año pasado vino gente de la isla, pero esta vez hemos hecho muy poca propaganda en español, limitándonos bastante al público inglés». Ben, uno de los alumnos, es un turista inglés dispuesto a conocer las técnicas de los Dj's, los verdaderos dioses de la cultura clubber. Brian, de nacionalidad irlandesa, atiende impaciente los consejos de Vicky, que es quien ayuda a Andy en la instrucción de los aprendices.