Los «monstruos» de la discoteca Privilege durante su recorrido nocturno. Foto:K.T.

Son parte del «mobiliario» nocturno que cada día recorre la zona más bulliciosa de La Marina para atraer al público a las distintas fiestas de 'Privilege' con un mensaje creativo y muy estudiado para llegar a gentes de lo más variopintas. Los «monstruos», que así es como se autodenominan, son un grupo de seis personas procedentes de puntos tan dispares como Madrid, Barcelona o Argentina, que desde hace siete temporadas ha ido evolucionando y cambiando progresivamente, con la salida e incorporación de gente nueva. Creados originariamente por Marchelo Rovaria están dirigidos desde hace cuatro años por Juan Carrasco, en el grupo desde sus inicios.

El espectáculo diario de los «monstruos» tiene muchas horas y meses de trabajo detrás, «hay que hacer una serie de proyectos, buscar material, decidir los diseños, la coreografía, la música...» explica el director. Cada jornada empieza para estos jóvenes de entre 24 y 30 años a las nueve de la noche, hora en la que se reúnen en el camerino de la sala para prepararse. Éste es sin duda uno de los momentos mágicos y más laboriosos dentro de la rutina de estos actores que dedican de dos a dos horas y media «para maquillarnos, retocarnos y colocarnos las prótesis, que es lo más costoso» , y si hay que realizar algún ensayo previo «necesitamos hasta cuatro horas», indica Juan Carrasco.

Una vez hecha la transformación la comparsa se sube a su autobús y se desplaza hasta Eivissa, donde a partir de las once y media y hasta las dos de la madrugada recorrerán toda La Marina, la Calle de la Vírgen y la zona del Dôme, realizando paradas muy señaladas formando las conocidas estátuas. «Expresión corporal, movimiento... buscamos una actitud, principalmente a través de la mímica» señala Juan Carrasco, quien explica la caracterización de los personajes de esa noche «como una mezcla de lagartos con su punto humano y cibernético. Lo que intentamos los monstruos es pasárnoslo bien haciendo lo que nos gusta hacer, sintiéndonos cómodos trabajando y creo que la gente capta el mensaje».