Por cuestiones de trabajo o por miedo a enfrentarse a los exámenes,
lo cierto es que el 50 por ciento de los alumnos matriculados en la
Escuela Oficial de Idiomas deciden no examinarse. Desde la propia
institución reconocen que a partir de tercer año la dificultad de
los cursos asciende, como también lo hace el índice de no
presentados.
No obstante, el porcentaje de aprobados es mucho más
esperanzador. En inglés, por ejemplo, alrededor del 70 por ciento
de los alumnos oficiales -poco más de un millar- pasa al curso
siguiente, menos en tercero y quinto, años en los que tan sólo
superan la prueba el 31 y el 12 por ciento, respectivamente.
Y esto no ocurre sólo en este idioma. Desde la Escuela explican
que los cursos tercero y último son los más duros. Así, en francés,
mientras que el 100 por cien de los alumnos oficiales aprobaron el
curso cuarto, tan sólo el 38 por ciento de exámenes de tercero
arrojaron un resultado positivo.
En cuanto a los matriculados libres en inglés, el grado
elemental -que incluye los tres primeros años- fue superado por el
51 por ciento, y el superior -cuarto y quinto- por el 38. La razón
que esgrimen desde la Escuela es que la gran mayoría de estudiantes
de esta modalidad esperan a septiembre para realizar la prueba. Sin
embargo, en francés elemental los porcentajes descienden. Sólo once
de cada cien inscritos aprobaron el nivel elemental y el 40 por
ciento el superior. En alemán, un idioma con una gran demanda, sólo
imparten los dos primeros cursos, y los niveles de aprobados
oscilan entre el 80 y el 90 por ciento.
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