El colegio Can Blau ardió ayer por la noche. Un espectáculo de 'performance', interpretado por 40 alumnos de edades comprendidas entre los tres y los doce años, se convirtió en una hermosa e impactante alegoría del fuego a partir de las ocho de la tarde. Padres e hijos coincidieron así en un final de curso diferente en el que las llamas brillaban dentro y fuera de los ojos de los más pequeños. Música, disfraces y un sonoro poema en alemán expresaron la misma idea que los detalles que lo rodeaban.

A lo largo de los últimos seis meses los alumnos de este centro han trabajado en las aulas sobre dicho elemento, siguiendo las directrices de la artista y profesora, Simone Schander. Bajo las premisas «El arte es de colores, aventura y divertido» se dejó trabajar con plena libertad a los estudiantes para dar juego a «su ilimitada fantasía», según apuntaba la responsable del proyecto. El tema sugestivo y la abundancia de material han dado como fruto un centenar de obras confeccionadas por los pequeños que ayer fueron disfrutadas en el seno de una velada por los invitados al acto.

Esculturas y pinturas elaboradas con diferentes técnicas -desde acuarelas a cerasque durante los próximos siete días se mantendrán expuestas en la escuela en horario de nueve de la mañana a tres de la tarde. El resumen de la labor desarrollada en ese periodo se refleja en la muestra mediante una interesante y expresiva retrospectiva fotográfica hecha de manera paralela a las piezas. La iniciativa está patrocinada por el Senado de Cultura alemán-español y la asociación de fomento de relaciones culturales entre ambas naciones.