El colegio de Sant Joan celebró ayer, con una jornada de antelación, el final del curso. Y lo hizo en virtud de un programa de actividades -en una jornada englobada en el seno de las fiestas de homenaje a su patrón- diseñado por los alumnos de primero de ESO en el que mayores y pequeños disfrutaron en convivencia con sus profesores. Los docentes se atrevieron a participar en las iniciativas y más de uno salió empapado de una peculiar lucha con globos de agua.

De los 260 chavales que están matriculados en la institución participaron la mayoría, a excepción de los infantiles que se encontraban en la playa de excursión y de un sector crítico, algo descontento con el calendario programado: «Presentamos nuestras iniciativas para hacer algo diferente pero nadie nos ha hecho caso», apuntaban. De hecho, tal y como confirmaba la directora, Antonia Tur Ribas, «esta es una tradición que se realiza desde hace mucho tiempo» y que en esta nueva convocatoria se desarrolló en un clima de alegría y cordialidad.

Las tres pistas deportivas del centro (baloncesto, fútbol y tierra) se llenaron con diversas pruebas en la que los estudiantes se distribuyeron según el ciclo al que pertenecían demostrando su habilidad, talento, paciencia o puntería. Concursos de baile, de canastas, juegos de prendas, de estrategia o «teléfonos rotos» fueron alguna de las tareas que desempeñaron entre risas y juegos los escolares a lo largo de dos horas, periodo tras el cual se dispusieron a contemplar las obras de teatro que sus compañeros de segundo y cuarto habían preparado a lo largo de los nueve meses pasados; en concreto «Te pillé caperucita» y «Filats».