Coincidiendo con el fin de curso, la mayoría de colegios e institutos de Eivissa han decidido programar una excursión a Formentera para celebrar el término de las actividad lectivas. Las distintas compañías que cubren el servicio entre las Pitiüses se han visto estos días casi desbordadas por las innumerables peticiones de los centros educativos de todos los municipios ibicencos.

Durante una semana el puerto de Eivissa a las nueve de la mañana parecía el patio de un colegio a la espera de que sonara la hora de volver a las aulas, con la diferencias de las sonrisas en las caras y el ambiente relajado dejaba bien patente que la situación era otra.

Al llegar a Formentera, la circunstancia es prácticamente la misa: alegría, ilusión y ganas de aventura. Los más mayores "y osados" recorrieron las carreteras de la isla con una bici alquilada. La primera parada obligatoria de esta tourné es siempre la plaza de la iglesia de Sant Francesc, que se ha convertido todos estos días en un almacén de mochilas. Tras unos minutos, los grupos partían en dirección a es Pujols, Illetes o Mijorn, donde pasaban horas y más horas retozando en la arena y el agua del mar. El final de la excursión es siempre el mismo: decenas de estudiantes reventados por el cansancio, aunque con caras de haberlo pasado bien.