El Verds presentó ayer la campaña «No rebaixeu la Llei d'Estrangeria» con la que pretende protestar y, si es posible, impedir que salga adelante la reforma a la reciente Ley de Extranjería que supondría importantes «recortes sobre las mejoras a la situación de los inmigrantes que incluía la norma de principios de año».

El partido organizará conferencias además de repartir octavillas informativas y postales que pretenden que los ciudadanos envíen a los interesados en impedir la reforma la delegada del Gobierno central en Balears, Catalina Cirer para presionar sobre el tema. Otra de las medidas será intentar crear una plataforma de ayuda a los refugiados y en contra de su discriminación en Eivissa y Formentera.

«El Partido Popular quiere poner un corsé a una ley que es insuficiente», criticó ayer el partido. Entre los ejemplos citados por el ecologista Joan Buades sobre las restricciones destaca el hecho de que el inmigrante que con la ley de enero alcanzaría la ciudadanía española en dos años pasa a tener que esperar cinco con la reforma propuesta por el partido popular, «además de no ser automática sino previa revisión del caso por el Ministerio». Dado que el 2'5 por ciento de la población de Balears es inmigrante «y su presencia es necesaria para mantener el crecimiento económico», creen que es prioritario apoyar a este colectivo.