El alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, siente «una gran satisfacción»
por cómo ha transcurrido la fiesta medieval que durante dos días ha
ocupado el casco histórico de la ciudad y por la que, según los
cálculos de la Policía Municipal, han pasado hasta 50.000 personas.
Tarrés consideró «fabulosa» la participación de los ciudadanos y
felicitó a todos por el civismo y el orden que han protagonizado el
evento.
El balance de los comerciantes que han participado en los
festejos, 70 procedentes de fuera de la isla y 40 autóctonos, ha
sido también muy bueno, explicó Tarrés, puesto que muchos de ellos
han agotado sus productos y algunos han llegado a manifestar que
éste había sido el mejor mercadillo de estas características de
cuantos se han desarrollado en España. Por tanto, y pensando ya en
la edición del año que viene, el Consistorio se plantea la
ampliación de la fiesta a tres días (para que esté menos
congestionada) y la ampliación del recorrido, para lo que también
se tendrá en cuenta el interés de nuevos vendedores de artesanía y
artistas.
Tarrés agradeció ayer la colaboración de todos y prometió que el
próximo año se intentarán crear menos molestias. Además, aprovechó
para aclarar que el policía borracho que paseaba por Dalt Vila era
parte del espectáculo.
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