Cristina Ramón, durante su intervención de anoche. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

A partir de ahora, todos los que quieran colaborar con la Fundación Vicente Ferrer desde las Pitiüses lo tendrán mucho más fácil. La ibicenca Cristina Ramón presentó ayer por la noche en un aula de Can Ventosa la nueva delegación de esta entidad en la isla, que tendrá su sede social en las oficinas del gimnasio Budoka, situado en el número 20 de la calle Vicente Serra.

Ramón conoció al ex jesuita el pasado año, cuando viajó hasta India para colaborar en su labor de ayuda a los más necesitados. Su última visita a Ferrer, este mismo año, le dio el suficiente empuje para poner ahora en marcha, con la ayuda de varios amigos, esta delegación en la isla.

Esta organización cuenta en la actualidad con una multitud de casas de acogida en ese inmenso país. Además, gracias a ella, se han gestionado miles de apadrinamientos de niños indios en todo el mundo. Esta labor le ha valido a Vicente Ferrer el premio Príncipe de Asturias a la Concordia, además de haber figurado en varias ocasiones en las quinielas del Nobel de la Paz, que hasta la fecha todavía no ha conseguido.