Era el resutado aunque no la finalidad. Tras varios meses de trabajo en Sant Jordi y Sant Antoni, «Cómica: centro de creatividad» protagonizó ayer el espectáculo callejero «Eivissa: tota una historia» donde se pretendía -y se logró con creces- demostrar la labor realizada con los jóvenes desde que comenzaron a funcionar a finales del año pasado y apuntar su peculiar visión de estos 20 siglos.

Prehistóricos, cartagineses, zíngaras o bailarinas exóticas tuvieron cabida en esta particular representación llevada a cabo por un reparto de más de 50 personas. Fue una mirada al pasado en la que no faltaron los malabares, gigantes, zancudos, charangas... y donde la imaginación y el talento pusieron fecha a los acontecimientos, ficticios y reales, que se contaban. El cuerpo de los protagonistas, chavales de edades comprendidas entre los diez y los 16 años, fue el narrador de un argumento tan sencillo como complejo y que encandiló al centenar de espectadores que lo presenciaron.

La pedagogía ha sido el pilar de los dos grupos que han participado en la iniciativa, en un intento por motivar la creatividad individual y colectiva desde la perspectiva del mundo de la animación. Talleres de expresión corporal, música, danza, circo, pintura, maquillaje o decoración han sido la base de las clases impartidas en el edificio municipal de Can Jurat bajo la supervisión de nueve monitores.