Juan Pablo estrenaba traje ayer. Sus cinco años «y medio» le sobraban para comprender lo que estaba sucediendo, el porqué una corbata portaba su cuello: «Hoy es Sant Vicent y todos los vecinos se reúnen para celebrarlo», señalaba orgulloso.

La indumentaria fue uno de los pocos detalles que no cumplieron con el ritual de años anteriores. A este elemento hubo que sumar la participación (algo menor que la primavera pasada) y un tiempo que dejó lluvia, sol, frío y calor. Y todo ello en menos de dos horas.

Por lo demás, eucaristía (en la que no pudo estar el obispo, Agustín Cortés, por encontrarse en la Conferencia Episcopal), procesión, visita de autoridades -la presidenta del Consell, Pilar Costa, el vicepresidente, Vicent Tur, la consellera de Cultura, Fanni Tur, o el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Marí- o una demostración de ball pagès a cargo del grupo de Labritja, cumplieron con el compromiso anual.

Una traca de cohetes y el repicar de la campana de la iglesia pusieron el sonido de fiesta a una jornada que reunió a los participantes en torno a una mesa bien dispuesta con bebidas y las tradicionales orelletes y bunyols.

La velada estaba previsto que prosiguiera por la tarde en un tono bien distinto al de la mañana con la actuación del mago «Alexis», una prueba de karaoke y una verbena popular amenizada por el conjunto ibicenco «Mezcalito». A las doce de la noche, un castillo de fuegos artificiales cerraría la jornada de homenaje al patrón de la localidad.

El próximo fin de semana continúan los actos con una subida a pie hasta Sant Joan, una torrada y un baile que contará con la presencia de Can Raia Rock Band, todo ello el sábado, y un concierto de música clásica el domingo a las ocho de la tarde.

Los actos se prolongarán hasta el próximo 23 de abril, periodo en el cual habrá tiempo para deportes, música y actuaciones musicales.